Prueba

11.2.11

10 cosas que no pueden faltar en el Cairo

Esta urbe fascina a más de uno y es catalogada como la ciudad más cosmopolita de África. No se puede negar su encanto, sobretodo por su arquitectura, pero hay otros datalles más "comunes" que los habitantes de esta metrópoli, y quienes vienen de "pisa y corre", pueden ser testigos. Para los que tengan curiosidad de saber qué es lo que uno se puede encontrar en las calles de esta mítica ciudad y que el National Geographic y el Discovery Chanel jamás muestran, sigan leyendo.

1. Gatos. La mayoría de occidentales estamos acostumbrados a ver perros callejeros por todos lados, manadas de ellos incluso, corriendo por las calles y alimentándose de la basura, correteando a las bicicletas y mendigando por algo más que deshechos. En el Cairo sí hay caninos, pero lo que predomina son los gatos, sí, hay decenas, si no es que centanres de ellos por todos lados, sobretodo comiendo basura y buscando ser alimentados en los restaurantes y cafés que se encuentran al aire libre.

2. Koshari. Es un plato típico egipcio que cumple con las "3 B´s", es decir, Bueno-Bonito-Barato. Este platillo consiste en una mezcla de pasta en tubito, pasta tipo fideo, arroz, lenteja y cebolla frita y puede ser aderezado, si así de desea, con una salsa de tomate, una salsa de ajo y para los muy arriesgados, con una salsa roja picosa. Un plato de tamaño razonable llega a costar unas 4 libras egipcias, sino no es que un poco menos, razón por la que la población cairota no duda en alimentarse con este suculento "menjurge de calorías", pues además de nutritivo, la barriga queda llena y por ende, el corazón contento.

3. Peleas callejeras. Y no me refiero a que todo el mundo se esté "dando en su madre" a cada rato, pero muchos de los habitantes de la ciudad les gusta discutir acaloradamente, me pregunto si es por el clima. El caso es que no importa si es porque te vio feo el de a lado o porque te dieron dos monedas de 50 guines, en lugar de una modena de una libra (que en todo caso es lo mismo), la cosa es que a los egipcios les gusta discutir, elevar la voz y alegar.

4. Bebederos de agua. No conozco otros países, pero al menos en México la gente tiene que comprar agua embotellada, porque tomar agua de la llave es solo una ilusión y algo que pasa únicamente en las películas. En Egipto es diferente; aquí uno bebe de la llave y los muy precavidos hierven el agua, y como esta es una ciudad sumamente caliente, sobretodo en verano, las calles ofrecen la posibilidad de que los sedientos puedan refrescarse con un vaso de agua bien fría. Es muy común ver unos aparatos metálicos rectangulares con una altura de poco menos de metro y medio donde las personas puede tomar agua simple. En mercados con el antiquísimo Jan-el-Jalili o en zonas pobres hay una opción un tanto más retro, donde hay jícaras de barro o cerámica y vasos con agua, así, quienes busquen un sorbo de vida puen acceder a él fácilmente.

5. Cafres. Y no los del son, como los integrantes del grupo mexicano "Los Cafres del Son". Si por algo se caracterizan los cairotas es por no tener ni la menos idea de las reglas básicas de educación vial, y eso que a diferencia -una vez más- de México, aquí sí tienen que realizar un exámen para poder sacar la licencia. El caso es que parece que todos tienen prisa por ganar y llegar antes a todos lados, cosa que me sorprende porque son impuntuales. Nadie sigue los señalamientos, los peatones no son respetados en lo absoluto, y no es que esté usando deliberadamente este término; los semáforos son muy pocos, los conductores se meten en sentido contario, nadie sigue un carril y se te cierran a cada rato.  Además, el peatón también tienen que lidiar con las motocicletas, que son muy populares por estos rumbos y que tampoco respetan a nadie.

6. Cafés para disfrutar con los amigos. Efectivamente, si eres hombre amante del té, del cigarrito, de una charla y porqué no, del dominó, ajedrez o bagamon, el Cairo ofrece la opción -para los caballeros, o aquellas damas casadas o comprometidas- de disfrutar de un buen vaso de té negro (sí vaso, no taza). Estos lugares están en todos lados, sin importar la zona. Hay algunos que son más nice y otros más modestos, pero todos, sin excepción, están llenos de hombres, la mayoría maduros, que gustan de fumar shisha.

7. Pitidos. Como ya mencioné antes, los cairotas son malos conductores, pero cuando uno se acostumbra a atravesar las calles eso deja de ser un problema, el conflicto real es que no hay conductor que no haga sonar su claxón al menos una vez al día. Algunos me dirán que esto es muy normal, digamos en mi amado DF, pero gente, deben de creerme, el caos sonoro que hay en el Cairo no se compara. Aquí todos pitan por todo, si porque vas a hacerle parada al bus, porque alguien se te cerró, porque vas a saludar a alguien, porque se la vas a mentar a alguien, porque alguien se va a casar... etc, etc, etc...

8. Estéticas para hombres. La mayoría de los egipcios (hombres) son fumadores, malos conductores, peleoneros, coquetones, machistas y también muuuuy vanidosos. En promedio un hombre acude cada 15 días a la estética a retocar su corte de cabello y si los ven detenidamente lucen cortes perfectos y se nota que tienen un gran aprecio por su cabello, ¿será un tipo de respuesta involuntaria de necesitar ver el cabello cuidado puesto que no pueden el la larga y bella melena de una mujer a causa del velo?

9. Aprovehados. Me he dado cuenta que no falta el "abusado" que se quiera quedar con tu cambio, sencillo o vuelto, como le quieran llamar. Por ejemplo, si te subes a un taxi con taxímetro y al final marca 17 L.E. y pagas con un billete de 20, el taxista tranza fácilmente se puede quedar con el billete y sin darte explicaciones se arranca y te queda alborotado. Lo mismo pasa en algunos puestos de comida y otros comercios. Aunque suene poquito 3 libras, si hacen el cambio a pesos, resulta que e están quedando con casi 7.50 pesos. Podrán decirme marra, pero al menos que tengan la decencia de decirte que no tienen cambio.

10. Señoras con paquetes en la cabeza.
Es muy común ver en las calles y sobretodo en los mercados a mujeres cargando grandes bolsas, cajas e incluso jaulas con animales en la cabeza. Entiendo que es una foma más fácil de cargar las cosas, lo que me sorprende es la agilidad y destreza con que realizan esta hazaña. El otro día, vi a una pequeña niña, de unos cuatro años jugando a llevar una caja en su cabeza, así fue como descubrí que su equilibrio no llegó por arte de magia, sino con los años.

Evidentemente hay miles de cosas relevantes que todos los días se ven en las calles del Cairo, como las mazquitas, pero con este conteo intenté enseñarles una parte más cotidiana y común, y que muy pocos mencionan. Pienso que son estos pequeños detalles los que le dan sabor y personalidad -a pesar de los disgustos que provoquen- a esta ciudad.

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